domingo, 30 de noviembre de 2014

Juan Bautista Alberdi II. La Guerra Justa.

La palabra Guerra Justa, envuelve un contrasentido salvaje; es lo mismo que decir, crimen justo, crimen santo, crimen legal.

No puede haber guerra justa, porque no hay guerra juiciosa.

La guerra es la pérdida temporal del juicio. Es la enajenación mental, especie de locura o monomanía, más o menos crítica y transitoria.

Al menos es un hecho que, en el estado de guerra, nada hacen los hombres que no sea una locura, nada que no sea malo, feo, indigno del hombre bueno.
Francisco de Goya y Lucientes, serie de grabados Los desastres de la Guerra (1808-1814)
¿No es sintomático que Goya haya querido
imprimir la salvaje visión del hombre en guerra?
De una y otra parte, todo cuanto hacen los hombres en guerra para sostener su derecho, como llaman a su encono, a su egoísmo salvaje, es torpe, cruel, bárbaro.
No alcanza con matar.
El hombre en guerra no merece la amistad del hombre en paz. La guerra, como el crimen, sabe suspender todo contacto social alrededor del que se hace culpable de ese crimen contra el género humano; como el que riñe obliga a las gentes honestas a apartar sus miradas del espectáculo inmoral de su violencia.

Guerra civilizada es un barbarismo equivalente al de barbarie civilizada.
Excluir a los salvajes de la guerra internacional, es privar a la guerra de sus soldados naturales

En: Alberdi, Juan Bautista. El crimen de la guerra 
1° ed., Buenos Aires, Claridad, 2009.

Tres preguntas:

1. ¿Haber participado de la guerra es lo que produce el silencio? ¿Por sentido moral?
2. ¿Existe la forma civilizada de guerra?
3. ¿Qué de esos pasajes de diarios de guerra, en los cuales leemos, cosas como, si hubiese paz podría haber sido mi compañero de pesca?

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